En esta serie que se presenta ahora en Can Gelabert, López Moral vuelve a retomar ciertos modos de su obra de juventud. Pero solo utilizando un pequeño número de materiales. Apenas papel, grafito y pigmentos. Esto hace que se sienta más relajado frente a la obra. Una de las características principales de esta nueva etapa es la concepción de la superficie de la obra como un campo abierto sin límites. Experimentando entre los campos de color y el gesto en el trazo. Creando nexos de unión entre el paisaje Romántico, su propio paisaje y el expresionismo abstracto. Toda una suerte de “Work in progress” que da valor a lo accidental y explota el azar como recurso nuevo de su trabajo.